9 de septiembre de 2009.La desaparición temprana de Guillermo Uranga, a los 61 años de edad, golpea frontalmente a su familia, amistades y al empresariado local.
Iniciado en la actividad supermecadista en la empresa familiar de 3 y 48, siempre lo distinguió su innato espíritu gremial junto a su inquietud por el sector Pyme, al que siempre abrazó con fervor.
Desarrolló una intensa actividad caracterizada por su hombría de bien y la expresión clara y genuina de las ideas, a las que nunca traicionó.
Su desempeño lo llevó a integrar la Asociación Amigos de Calle 12, luego socio fundador de la FELP, Federación Empresaria de La Plata y llegó a concretar su gran sueño: crear la Cámara de Comercio Exterior Bonaerense (CACOEXBO) junto a sus grandes amigos Eduardo Catani y Carlos Crivos, acompañados de un puñado de soñadores que creyeron que las pymes exportadoras debían generarse su propio espacio institucional.
Esta Cámara tuvo un inicio arrollador, gracias a la impronta de su gestión, pero a poco de andar, su salud puso freno a muchos de sus sueños.
Un luchador nato: la adversidad se cruzó reiteradamente en su vida y a pesar de ello, solía regalar lecciones de optimismo a quienes tuvieron el privilegio de compartir su tiempo.
No obstante, supo acompañar férreamente a su esposa Silvia Ohan en sus ambiciosos emprendimientos: la escuela profesional de catering para eventos y más tarde la escuela de gastronomía profesional, ambas en plena actividad.
La muerte lo encontró rodeado del afecto de su familia y los amigos de siempre. En la actualidad era miembro de la Mesa Directiva de la FELP y Presidente de CACOEXBO.
Las muestras de dolor y los homenajes recibidos dan la real magnitud de la pérdida que representa su partida.
La Federación Empresaria de La Plata acompaña el duelo que vive su familia y hace votos para que su ejemplo quede vivo en las entidades empresarias de la ciudad.
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